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La Corte Internacional de Justicia exige a Rusia detener “de forma inmediata” la guerra en Ucrania.

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Ucrania demandó a Rusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por violar la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948. La discusión es si el reconocimiento que hizo Rusia de la independencia de Donetsk y Luhansk y la intervención en territorio ucraniano se justifican en ese tratado internacional o si, en cambio, se basan en acusaciones falsas de un genocidio que nunca ocurrió.

LA CIJ determino:

Primero, que efectivamente sí tiene, en principio, jurisdicción para entender el caso en el marco de la Convención de Genocidio. Para esto, analizó todo lo que dijo e hizo Rusia desde 2014 a la fecha, incluidas las declaraciones de Bladimir Putin en las que acuso a Ucrania de genocidio en la región del Donbas, motivo por el cual decidió ordenar acciones militares para, supuestamente, prevenir y sancionar ese genocidio. Con esas acusaciones y su rechazo por parte de Ucrania, el tribunal determinó que hay una disputa entre los dos países sobre la interpretación, aplicación y cumplimiento de la Convención.

Segundo, la Corte entendió que los derechos que, según Ucrania, violó Rusia, son plausibles, verosímiles. ¿Cuáles son esos derechos? No ser acusado falsamente de genocidio y no ser invadido sobre la base de esa falsa acusación.

La Convención de Genocidio, explicó el tribunal, dispone que los países deben prevenir y sancionar ese crimen y, aunque no especifica cómo deben hacerlo, el tratado debe ser interpretado de buena fe. Algunos modos legales de prevenir y sancionar el genocidio ya están en la propia Convención: someter el tema ante los organismos competentes de la Carta de la ONU o incluso llevar un caso ante la CIJ. Y puede haber otras medidas, acuerdos bilaterales, etc.

Pero lo que seguro no se puede hacer para prevenir y sancionar el genocidio, dijo hoy el tribunal, es violar el derecho internacional ni el espíritu de los principios de paz, cooperación y amistad entre Estados previstos en el documento fundante de Naciones Unidas. Para la CIJ, los derechos de Ucrania son plausibles porque no hay ninguna evidencia, de momento, del genocidio alegado por Rusia, ni elementos para sostener que la Convención autoriza el uso unilateral de la fuerza para prevenir y sancionar el genocidio. Además, el tribunal entiende que hay una relación directa entre estos derechos verosímiles y las medidas cautelares concretas que solicitó Ucrania.

Por último, también se cumple el tercer requisito (peligro en la demora). Aquí la Corte repasó información pública y los hallazgos que hizo la propia Asamblea General de la ONU sobre pérdidas de vidas, lesiones a la integridad física y mental, daños materiales, ataques a edificios civiles, falta de acceso a servicios esenciales de las poblaciones afectadas y desplazamientos bajo extremas condiciones de inseguridad. Con ello estableció que hay un riesgo real e inminente de que, si no dicta medidas preventivas, se producirá un perjuicio irreparable a los derechos de Ucrania que, como vimos, considera plausibles.

Por lo tanto por 13 votos a favor y solo 2 en contra, ordenó a Rusia suspender todas sus operaciones militares y asegurar que sus tropas oficiales, el personal armado en forma irregular, así como las organizaciones o personas bajo su control no tomen nuevas medidas de ese tipo. Además, por unanimidad determinó que ambas naciones deben abstenerse de cualquier conducta que pueda agravar la situación. En cambio, rechazó la medida de reporte periódico de cumplimiento porque consideró que su decisión es suficiente en sí misma y que debe cumplirse.

Por su parte el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov, aseveró que #Rusia no tomará en cuenta la decisión de la Corte Internacional de Justicia, que ordena la suspensión de la “operación militar especial por la defensa del #Donbás, la desmilitarización y desnazificación de #Ucrania”

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