Trump hace comentarios comparables a los de la Alemania nazi: dice que los inmigrantes están “envenenando la sangre” de EE.UU.

(CNN) — La retórica de Donald Trump cayó a un nuevo nivel escalofriante este fin de semana, cuando falta menos de un mes para las asambleas electorales de Iowa.
El favorito de las primarias republicanas dijo que los inmigrantes están “envenenando la sangre” de Estados Unidos y citó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre la “podredumbre” de la democracia estadounidense.
El expresidente, que animando a miles de seguidores en una pista de hockey de New Hampshire el sábado, volvió a hacer comentarios sobre los inmigrantes procedentes principalmente de África, Asia y América del Sur, comparables con lenguaje de la Alemania nazi, al decir que están “envenenando la sangre de nuestro país”.
El lenguaje “repite como loro a Adolf Hitler”, alegó la campaña de reelección del presidente Joe Biden. Los expertos señalaron pasajes del manifiesto de Hitler “Mein Kampf” en los que el futuro dictador pedía pureza racial y decía que los judíos estaban “envenenando” la sangre alemana.
Trump ha usado esa frase anteriormente, en una entrevista con un medio de comunicación conservador, y sacarla a relucir en un mitin sugiere que podría agregarla a su rutina.
El mes pasado recibió críticas por describir a sus rivales políticos como “plaga”, otro término que tiene connotaciones antisemitas y fue empleado en la retórica nazi.
Es la repetición de estas líneas, después de que se señalaran sus raíces fascistas, lo que resulta más escalofriante que la primera vez que las dijo. El expresidente, que supera a Biden en algunas encuestas de estados indecisos sobre una hipotética revancha, tiene una larga historia con un lenguaje que juega con los prejuicios raciales y excita a la derecha.
Su afirmación recientemente repetida de que quiere ser “dictador” por un día para construir su muro fronterizo y detener la inmigración podría ser considerada una broma si no la sigue diciendo.
El domingo por la noche, en un mitin en Reno, Nevada, clave para el Partido Republicano, Trump afirmó, sin pruebas, que los inmigrantes provienen en gran medida de prisiones e instituciones mentales. Y se preguntó, nuevamente sin pruebas, si los inmigrantes chinos que cruzan la frontera están destinados a ser parte de un ejército invasor. Trump prometió reorientar al gobierno estadounidense para purgar a los inmigrantes. Afirmando que Estados Unidos es ahora un “refugio para criminales sedientos de sangre”, dijo que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de 1798, para expulsar a los inmigrantes del país. El expresidente también prometió reeenfocar al FBI y a la DEA a acciones fronterizas.
Ya no es una sorpresa que invoque a líderes autoritarios
“Es un narcisista populista y autoritario”, dijo la semana pasada el expresidente republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, antes de los comentarios más recientes de Trump. “Entonces, históricamente hablando, todas sus tendencias son básicamente hacia donde lo lleva el narcisismo, que es lo que lo hace popular, lo hace sentir bien en un momento dado”.
Los dictadores borran las libertades, pero Trump, que intentó revertir las elecciones de 2020 después de perder, necesita una victoria electoral para llegar allí. El sábado calificó su campaña como una “campaña justa para liberar a esta nación” y dijo, entre aplausos, “no somos una nación libre”.
Ya ni siquiera resulta chocante que Trump elogie a líderes autoritarios, como Kim Jong Un de Corea del Norte o Viktor Orban de Hungría, como lo hizo nuevamente este sábado en New Hampshire.
Pero Trump fue un paso más allá, tergiversando la idea planteada por sus rivales, incluidos Biden y la exrepresentante Liz Cheney, de que él es una amenaza para la democracia por intentar anular las últimas elecciones.
En cambio, sostiene ahora Trump, es Biden quien es una “amenaza para la democracia”.
Como forma de probar la afirmación, Trump citó a Putin, quien dijo en septiembre que los problemas legales de Trump son una “persecución por motivos políticos” que es buena para Rusia. “‘Muestra la podredumbre del sistema político estadounidense, que no puede pretender enseñar a otros sobre la democracia'”, continuó Trump, citando al presidente de Rusia.
La verdad es que Putin sabe de sistemas podridos y de encarcelar a enemigos políticos; los partidarios del principal rival de Putin, Alexey Navalny, no pueden localizar al líder disidente que cumple una condena de 19 años de prisión.
Trump se enfrenta a múltiples juicios penales. Pero tendrá que ser condenado por jurados unánimes, suponiendo que sea juzgado. Los fiscales han pedido a la Corte Suprema de Estados Unidos, en la que participan tres de sus designados, que evalúe si Trump, como expresidente, es inmune al procesamiento.
Uno de los rivales de Trump para la nominación presidencial republicana, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, dijo que los juicios pendientes están contribuyendo a la retórica cada vez más intensa de Trump.
“Donald Trump se da cuenta de que los muros se están cerrando”, dijo Christie a Jake Tapper de CNN. “Se está volviendo más loco. Y ahora cita a Vladimir Putin como testigo, un tipo que es un matón asesino en todo el mundo”.
A los republicanos que apoyan a Trump, como el senador Lindsey Graham de Carolina del Sur, no parece importarles mucho lo que diga el expresidente.
“Estamos hablando de lenguaje. No me importa en absoluto el lenguaje que utilice la gente, siempre y cuando lo hagamos bien”, dijo Graham en el programa “Meet the Press” de NBC.
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